lunes, 20 de agosto de 2012

Y el mundo marcha (The Crowd), 1928

Cine mudo que en ocasiones como esta, se nos aparece con más calidad artística que muchas películas de cine sonoro.

Aquí se habla del tan llevado y traído "sueño americano", y de lo falso e inasible que este puede llegar a ser, del esfuerzo que supone y de la presión social que acarrea el conseguir ser un hombre.
Hay algunos tiros de cámara muy bien realizados, que sorprenden debido a la época en que fueron realizados, para ejemplo estas tomas:



Y encima tenemos un final que no es del todo feliz, agridulce, con mueca torcida.
Dirige King Vidor, el de El manantial, Duelo al sol y tantas y tantas, algunas mierdas, otras no.

9/10




This Sporting Life (El ingenuo salvaje), 1963


Perteneciente al Free Cinema inglés, dirige Lindsay Anderson, director capital de este movimiento.

Aparece protagonizando Richard Harris, en el papel de un minero que destaca como jugador de rugby y que recibe un buen salario por ello. Vive en una casa alquilada junto con una chica viuda y las dos hijas de esta.

A pesar del éxito en el deporte y del éxito entre las mujeres y la sociedad, se encapricha con la casera, la joven viuda; sus torpes maneras y su falta de tacto harán que esta no se acerque del todo a él hasta que finalmente se aleje para siempre.


Me gusta la mujer madura que intenta ligar con él, y me gusta el vecindario en el que vive, tan inglés. Por lo visto se rodó en el condado de Yorkshire, cerca de donde estuve (Liverpool).
 
Recomendable verla en versión original, tanto esta como el resto de obras cinematográficas, para mayor disfrute de acentos y tonos de voz, aquí se usa el dialecto de la zona norte de Inglaterra.

Blanco y negro. Amor. Fuerza.

Palabras curiosas de este acento: "Ta ta" (adiós), "Aye" (Sí)

8 sobre 10.





Mildred Pierce (Alma en suplicio), 1945

 
Película de Michael Curtiz, el director de Casablanca y, según mi tío, el director de una película de boxeo de Errol Flynn, (lo busco y no, se trata de Gentleman Jim, y la dirigió Raoul Walsh; aseveraciones de mi tío que luego son erróneas).

La obra temáticamente podría encuadrarse dentro del cine negro, con asesinato al principio y flashback para explicar el hecho durante el resto del metraje.

Actúa como protagonista Joan Croawford, que encarna al personaje de Mildred Pierce, mujer trabajadora y abnegada, que lucha por su particular sueño americano y que lo consigue, lástima que una hija insolente, caprichosa y malvada (Ann Blyth), ejerce de antagonista y le chupa la sangre.


Joan Croaford me gusta, me gusta mucho, tiene pómulos y barbilla muy marcados, rozando la masculinidad, y un andar decidido y te entran ganas de besarle los labios, como lo hacen varios durante el film (marido, ex-marido, amante, intento de amante, etc).


Sorprende para bien el rol que ocupan los personajes femeninos, gobernando sus vidas, inmersas en el mundo laboral, y, por lo general, más fuertes y decididas que los hombres.

Basada en una novela de James M. Cain, escritor de relatos policiacos, en cuyas obras también se inspiró Billy Wilder en Perdición y varias películas de igual argumento (Ossessione (1943), El cartero siempre llama dos veces (1946), El cartero siempre llama dos veces (1981))

No defraurará.

Corría el año 1945 y los nazis estaban levantando la bandera blanca.

8,5 sobre 10.